Cuando se pierde a alguien, pasamos por diferentes etapas, tales como la negación, la aceptación, el duelo, entre otras.
La pérdida de un ser querido
Aún cuando la muerte es esperada, podemos llegar a sentir una amplia gama de emociones. Muchas personas, en una etapa inicial, dicen sentir una especie de entumecimiento emocional tras conocer la noticia de la muerte, pero no siempre es así.Debemos recordar que el ser humano es un ser complejo por sí mismo, lo que nos lleva a entender que no todos sentimos ni reaccionamos de igual manera.
Algunas emociones que una persona puede sentir son las siguientes: Negación, incredulidad, confusión, tristeza, añoranza, rabia, humillación, desesperación y/o culpa.
El duelo no es un proceso sencillo; es un proceso que implica enfrentarnos con nuestro dolor, con nuestra pérdida, con una herida tan profunda que a veces no podemos entender lo que nos sucede.
En ocasiones es difícil aceptar la pérdida de un ser querido, sobretodo cuando éste aún era joven, o muy querido por nosotros; debemos aprender a valorar los momentos que esa persona estuvo con nosotros, resguardarlos en nuestra memori, pero más que nada entender que nosotros seguimos con vida y debemos estar dispuestos a vivir el presente y planear el futuro sin esa persona.
Las cuatro tareas para el duelo
- Aceptar la realidad de la muerte
Algunas personas recomiendan ver el cuerpo del ser querido; hablarle, despedirse, comunicarle lo que quedó pendiente con él.
Recordemos que cada persona es diferente, por lo tanto, hay que tener en cuenta que para algunos no es recomendable está medida.
- Sanar y concluir la relación
Lo que se debe hacer es expresar los sentimientos que se encuentran en nuestro interior de la forma en que nos sintamos cómodos; unos escriben, otros gritan, otros lloran, el chiste de esto es "sacarlo".
- Aliviar el dolor emocional y dejar ir
Esto demuestra la empatía. Lo que dejamos de lado es que no solo nosotros perdimos a alguien, también sus amigos, sus primos, sus abuelos, etc. están pasando el mismo proceso.
Necesitamos el apoyo de aquellos que pueden comprender los diferentes niveles de sufrimiento y de dolor emocional que podemos sentir, y esto lo podemos encontrar en aquellos que están en la situación, ya que cada miembro de la familia o amigos está en medio de su propia crisis.
De no ser posible, existe la posibilidad de buscar el apoyo apropiado fuera del núcleo; ya sea con un especialista o en un grupo de apoyo donde no se teme escuchar nuestros recuerdos y pensamientos, o compartir nuestro dolor.
- Encontrarle sentido a nuestra nueva vida
Dejar "ir" a alguien que apreciabamos y que formaba parte de nuestra vida, suele ser complicado.
Tenemos la idea de que esa persona continuará en nuestro camino. Al perderlo, sentimos que el camino ha perdido sentido, pero debemos desprendernos del pasado para poder dar forma a la nueva vida.
Una vez que logramos este proceso, continuamos con nuestras metas, pero conservamos con nuestro amor y recuerdos hacia ella.
¿Cómo apoyar a alguien que ha perdido un ser querido?
No necesariamente se debe apoyar diciendo palabras o discursos prediseñados. Estamos acostumbrados a "Lo siento.", "Aquí estoy para apoyarte." Suelen ser palabras tan comúnes, que pierden el verdadero sentido que queremos brindarles. Si no sabes qué decir, no digas nada. Escucha, quédate presente; no creas que tienes que dar consejos constantemente o estar levantando el ánimo. Si no sabes qué hacer, colaborar en algunas tareas cotidianas o ayudar en el papeleo, puede ser una buena manera de ayudar.Lo que ayuda a alguien en duelo es nuestra amistad y nuestra presencia, que estemos en su dolor, incluso sin decir o hacer nada más que sentarnos a su lado. No le digas que le comprendes si no has pasado por una situación similar. No intentes buscar una justificación a lo que ha ocurrido. No te empeñes en animarle o tranquilizarle. Posiblemente lo que necesita sólo es que le escuches. Sentir y expresar el dolor, la tristeza, la rabia y el miedo por la muerte de un ser querido, es el único camino que existe para cerrar y curar la herida. A veces ellos hablarán y descargarán su sentir, aunque también es muy importante respetar su necesidad de no hablar.
¿Cómo hablarle a los niños sobre la muerte de un ser querido?
Al crecer y desarrollarse los niños se encuentran con la muerte de muchas formas (un animal muerto en la carretera, por las noticias, al perder una mascota, por la muerte de un abuelo), lo que nos brinda oportunidades para ayudarles a entender que la muerte es algo natural en la vida.A los niños les hacemos un favor inestimable si les ayudamos a entender la muerte y les permitimos llorar una pérdida. De hacerlo así, cuando algún familiar se encuentre compadeciendo, los hijos no sentirán la muerte como algo innatural.
La mayoría de los niños temen más a ser abandonados que a la muerte. Cuando se sienten parte de una familia que se quiere y se apoya, que comparte tanto la risa como las lágrimas, entonces la muerte no les provocará grandes temores.
Cuando alguien de la familia se enfrenta a la muerte, los niños se percatan de los cambios y de la intensidad emocional que hay en el ambiente. Necesitaremos dedicarles tiempo, sentarnos con ellos y explicarles qué significa morirse y qué es la muerte, pero de acuerdo con su capacidad para que puedan entenderlo.
Los niños necesitan sentirse seguros para hacer preguntas, expresar una y otra vez sus sentimientos y temores. Por muy claras que sean las explicaciones que les demos, hay posibilidad de que nos malinterpreten, tenemos que comprobar que han entendido lo que queremos comunicarles y para hacerlo podemos pedirles que repitan lo que han escuchado.
Cuando un niño parece estar atemorizado o afligido, deberemos preguntarle siempre qué es lo que piensa o siente, y nunca asumir que sus dificultades son las mismas que las nuestras.
Los niños cuando experimentan una pena, necesitan nuestra comprensión y nuestra aceptación. Es importante que tengamos presente que sus sentimientos pueden ser diferentes de los nuestros y que además de la tristeza y las lágrimas, experimentan y expresan su pena de otros modos. Sus reacciones ante la muerte y el duelo variarán en función de su edad y de lo expuestos que hayan estado a la muerte.
Ayuda profesional y grupos de apoyo
Cuando enfrentamos la pérdida de un ser querido nos sentimos perdidos, aislados, nadie nos comprende y no sabemos qué hacer con ese dolor tan profundo que nos acompaña día y noche. Nos hacemos preguntas y no obtenemos respuestas, a veces nuestros familiares no saben qué hacer para ayudarnos, ¿Quién me puede entender?
Nos invade el silencio y es ese silencio el que nos lleva a recordar esos momentos que compartimos con ese ser querido que ya no está con nosotros, se nos llenan los ojos de lágrimas pero tememos derramarlas porque sentimos que son muchas y las escondemos nuevamente para no preocupar a los demás, lloramos en silencio y nuevamente nos invade el silencio interno.
Mi mundo se ha detenido, el dolor continúa. ¿Qué puedo hacer con este dolor que día a día me ahoga? Estas y otras preguntas son las que nos llevan a buscar apoyo, aunque a veces no sabemos a quién dirigirnos. Con este objetivo fueron creados los grupos de apoyo para personas que han perdido a un ser querido, donde se les proporciona a los participantes el espacio que necesitan para poder expresar lo que les pasa y verbalizar sus emociones sin sentirse juzgadas ni evaluadas; se les brinda la oportunidad de hablar acerca de sus vivencias y sentimientos ante otras personas que comparten la misma problemática, que las escuchan y además las entienden. Compartiendo ese dolor tan inmenso que las invade.
Todos hemos atravesado por momentos dolorosos, pero es justo en esos momentos cuando una mano amiga hace la diferencia.
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